domingo, 24 de julio de 2016

Tu marino acantilado




Viento que sobre mi frente marchita
rompes y la enfrías con fina espuma
lleva con fuerza la oscura bruma
que, engañosa, merece ser proscrita.

El celeste de mar y cielo quita
a mis sentidos cuyo gusto esfuma,
pues sentida es esta nocturna pluma
que arroja su pena en hoja escrita.

Tú que rompes mi lítica firmeza
y abasteces de piedras el camino
que en mi fondo se encuentra condenado,

libra batalla con esta maleza
y torna el aire puro y cristalino
de este, tu marino acantilado.




Iván Arrillaga Valero