A mis ojos, amor, impresionaste
en la noche sin luz del alma mía.
A mis ojos, amor, la lejanía
de tu puro candor me acercaste.
Con tu dulce sabor agasajaste
a mis labios, sirope de ambrosía,
pues tu suave fragor embrujaría
a cualquier corazón hasta el desgaste.
Mas aquí, sin requiebro ni escondrijo,
ni sagaz proporción, fulgente Dina,
en la cúspide albar de esta marea
yo proclamo mi pecho tu cortijo
y ahogado de esta espuma fina
te declaro mi amor, mi Galatea.
IAV
Mas aquí, sin requiebro ni escondrijo,
ni sagaz proporción, fulgente Dina,
en la cúspide albar de esta marea
yo proclamo mi pecho tu cortijo
y ahogado de esta espuma fina
te declaro mi amor, mi Galatea.
IAV