viernes, 16 de marzo de 2018




A mis ojos, amor, impresionaste
en la noche sin luz del alma mía.
A mis ojos, amor, la lejanía
de tu puro candor me acercaste.

Con tu dulce sabor agasajaste
a mis labios, sirope de ambrosía,
pues tu suave fragor embrujaría
a cualquier corazón hasta el desgaste.

Mas aquí, sin requiebro ni escondrijo,
ni sagaz proporción, fulgente Dina,
en la cúspide albar de esta marea

yo proclamo mi pecho tu cortijo
y ahogado de esta espuma fina
te declaro mi amor, mi Galatea.



IAV