Desde aquel delicioso
lugar
cuyas limpias aguas a fresca
ribera
envían brillos de dispar
manera
y los degusto en sarraceno
cantar,
a tu dulce luz devoro.
¡Oh, manjar
primoroso! ¡Oh, delicada
espera
que, por morir, moría
cuando quiera
Él y, así, dar fin a tan cautivo amar!
Pues ningún amante amando
amor
asemeje sus insomnios al
placer
de esta mezcla de índigo
verdor
que absorbiendo tan
azafranado ser
se vislumbra bajo un árbol
protector
aliviando el gustoso padecer.
aliviando el gustoso padecer.
Iván Arrillaga Valero