lunes, 26 de diciembre de 2016







Desde aquel delicioso lugar
cuyas limpias aguas a fresca ribera
envían brillos de dispar manera
y los degusto en sarraceno cantar,

a tu dulce luz devoro. ¡Oh, manjar
primoroso! ¡Oh, delicada espera
que, por morir, moría cuando quiera
Él y, así, dar fin a tan cautivo amar!

Pues ningún amante amando amor
asemeje sus insomnios al placer
de esta mezcla de índigo verdor

que absorbiendo tan azafranado ser
se vislumbra bajo un árbol protector
aliviando el gustoso padecer.





Iván Arrillaga Valero